Fundación Baltasar Lobo
Ayuntamiento de Zamora
Biografía
Obra
La Fundación Baltasar Lobo fue constituida el 14 de Noviembre de 2003 con el fin de conservar, exhibir, divulgar y promover la obra y la figura del escultor Baltasar Lobo Casquero.
Para ello, la Fundación ha creado y se ocupa de la gestión museística del Museo Baltasar Lobo y tiene, asimismo, plena capacidad para organizar actividades de intercambio de obra y documentos de la colección, así como convenios de colaboración institucional que sirvan a la divulgación de su patrimonio.
Con el mismo fin, la Fundación puede emprender actuaciones de difusión y comercialización de reproducciones de la obra de Lobo, y promover todo tipo de actividades formativas siempre con el objetivo de alcanzar el máximo grado de protección y divulgación de la obra.
La Fundación está integrada por un miembro de cada grupo político con representación en el Ayuntamiento de Zamora y por dos miembros más designados por la familia del escultor.
Escultura
Pintura
Contacto
Inicio
Sensibilidad, sencillez y talento son los fundamentos de su obra. Agnóstico, curioso, anarquista y trabajador incansable creía en la fuerza de la naturaleza.
Su producción extraordinaria lo convierte en uno de los escultores españoles esenciales del siglo XX.
Nacido en el año 1910 en Cerecinos de Campos, provincia de Zamora, desde muy joven muestra unas dotes asombrosas para la escultura, que se desarrollan con el aprendizaje del oficio.
Su estancia en el taller del imaginero Ramón Núñez completa su formación adquiriendo una gran destreza en los trabajos de talla.
En 1927 ingresa en la Academia de San Fernando, becado por la Diputación Provincial de Zamora. Tres meses después, y por el hastío que le producen las enseñanzas teóricas a quien ya dominaba la técnica, abandona los estudios.
A finales de la década de los 20 comienza a entrar en contacto con las vanguardias. Las obras de Gris, Miró, Picasso, Hugue, Cosio, Bores y Dalí, en la exposición celebrada en el Jardín Botánico de Madrid, en Marzo del 1929, le producen una gran impresión, aunque de ésta no se deriva una modificación trascendental de su escultura.
A partir del año 1933, la presencia en su vida de Mercedes Guillén y la convulsión cultural y social de aquellos tiempos modelan su personalidad y generan una evolución importante de su obra.
Las visitas al museo arqueológico producen en él una impresión determinante pues a partir de ese momento comienza a manifestarse la ruptura con las raíces académicas.
En 1938, en plena guerra civil muere su padre en un bombardeo, que además destruye su taller.
En la primavera del 39, Lobo llega a París, y con el amparo de Picasso conoce a algunos de las más importantes figuras del momento como Julio González, Pevsner y sobre todo Henri Laurens.
El contacto con las vanguardias da lugar a una búsqueda compulsiva con los correspondientes vaivenes estilísticos. La protección y generosidad de Henri Laurens fue para el artista más importante que su influencia.
En 1946 disfruta de las primeras vacaciones, el primer contacto con el aire libre, con la vida. Ello le permite contemplar el juego de las madres y los hijos. Esta visión es el origen de una serie importantísima en la obra del Escultor, las maternidades, en las que expresa el movimiento, el juego, la libertad, la ternura, los contrastes sorprendentes entre la estabilidad y el dinamismo:
"Mi trabajo actual es como siempre, figurativo; es decir, abstracto. Parte forzosamente de una figuración. Se hace abstracción que se simplifica, que se sintetiza. Y por simplificar esa realidad entiendo concentrar la emoción con el fin de sentirla y comunicarla."
A partir de los años 50 la obra se va haciendo más extrema, aproximándose a resultados en el límite de la abstracción, en los que podemos observar la síntesis de sentimientos que relacionan las figuras y en cierto modo la exaltación de la vida frente a los tiempos pasados en los que la muerte había sido una presencia permanente.
"En la etapa más radical de los 50, las figuras de Lobo permanecerán en todo momento, por muy diversos que sean sus ejes de desplazamiento frente al naturalismo, esencialmente fieles a una lógica anatómica, sobre la que se asienta la fascinación clasicista". (Fernando Hucici)
En los 60 Arp y Brancusi, se convierten en las principales referencias, y en algunas de las obras se reconocen citas, que son en general, más conceptuales que formales.
La simplificación convierte sus obras en esquemas volviendo a territorios de naturalismo. En este periodo se aprecian transformaciones en las que se observa una búsqueda intensa de la modernidad, pero manteniendo como eje de referencia constante el desnudo femenino. Las figuras son frontales, pueden ser rodeadas con la mirada y están concebidos para serlo.
En los años 70 las piezas tiene un nuevo carácter, el movimiento, que consigue con ondulaciones aparentemente casuales, pero que aportan a las esculturas una extraordinaria energía. "Resulta difícil no maravillarse ante su facilidad para dilatar la piedra o el bronce con un vitalidad y una energía que apenas se encuentran". Gaston Diehl
La extraordinaria serie de las maternidades y los fragmentos del cuerpo humano, los torsos en los que se acerca a la abstracción renunciando a su obsesión clasicista, citan y en muchos casos superan a los mejores de sus contemporáneos.
En 1993, y en plenitud creadora muere en la ciudad de París a los 83 años de edad.
Baltasar Lobo en la red:
Más de 600.000 páginas hacen referencia a Lobo y a su obra en la red. Un artista ignorado en un principio por sus ideales que pasa a ser el mayor referente del siglo XX en lo referente a la escultura en nuestra Zamora y provincia.
Links de interés: